DANIEL DEFILIPPI
INICIOS

Mi primer acercamiento al arte se centró en la arquitectura y el mundo precolombino, los cuales marcaron un hito en mi desarrollo con sus imágenes, estructuras, formas y tramas. Desde el 2019 mi trabajo empezó a localizarse en un ámbito intermedio entre lo tangible y lo intangible. Esto derivo en la deconstrucción centrándome en estudiar los procesos de edificación y asentamiento del ser humano como parte de un estudio antropológico donde la identidad del mismo lo separa del mundo natural. Aludiendo a este principio, empecé a diseñar estructuras vivas que no tuvieran un inicio ni un fin, ya que todas se encontraban en continua expansión dentro de un tejido vivo más grande que solo puede percibirse en un estado humano de creación donde la mente misma se expresa como el espacio.

MUNDOS PARALELOS

Me interesa tratar esta geometría dinámica como una síntesis del ser humano en su proceso de desarrollo. Puesto que, a lo largo de la historia, los diseños y estructuras que crearon aluden a formas naturales que después han sido desnaturalizadas en el proceso de buscar su propia identidad dentro del espacio. Mis obras no solo abarcan ese plano físico de interacción del hombre con el espacio, también me interesa proponer el concepto de una estructura concebida y una pre concebida. Un mundo físico y un mundo intelectual donde las formas son más libres y se desarrollan en la libertad de la mente como pequeños pensamientos que se almacenan y permanecen en la memoria. Donde su estructura no tiene límites y se ensambla sobre el espacio infinito de la mente humana.

NUESTRA PROPIA ESTRUCTURA Y SU LUGAR

Mi obra la planteo como un viaje que, continuamente, me lleva a contemplar, experimentar y descubrir nuevos elementos. Es así que mi obra sintetiza y evidencia la distopia que se ha generado entre el entorno natural y el entorno generado por el ser humano. Proponiendo una edificación continua que busca la perpetuidad, la belleza y la prosperidad; desarticulando los elementos nativos y orgánicos del mundo para generar su propia identidad. El ser que se ha separado de su entorno y ha creado el suyo propio, su propio espacio, su propio confort, esa geometría imparable que observa y consume su entorno. Es nuestra evolución, nuestros propios símbolos, nuestra propia estructura que perdura en el tiempo y el espacio infinito. 

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